“Los hechos aquí narrados y otros por encontrar dan fe que territorios de San Martín -hoy departamento del Meta- fueron escenarios de situaciones que contribuyeron al proceso de independencia tres años antes de darse la batalla final en Boyacá”.
El año 2010 el gobierno nacional lo dedicó al bicentenario de la Independencia aniversario que en realidad correspondía al Grito de la Independencia dado el 20 de julio de 1810.
Tal recordación me llevó a escudriñar el pasado del largo periodo de insurrección contra el imperio español cuyos albores tienen como principal hecho el conocido “movimiento Comunero” en los finales del siglo anterior.
Mi búsqueda de pesquisas históricas en diversas fuentes bibliográficas la focalicé en los territorios llaneros. Entre los novedosos hechos que hallé está el que contaré en esta crónica. Aclaro que a partir del segundo semestre del 2010 de ese episodio ya he escrito y comentado en diferentes lugares.
A manera de contexto digo que según la historia nacional entre 1810 y 1816 nuestra nación vivió la denominada “Patria boba”. También que en el último año referido llegó a Santafé de Bogotá el español Pablo Morillo apodado como “el pacificador”.
Con base en la cartografía arriba publicada se deduce que en 1816 en la capital del virreinato se pensó –con fines miliares- en utilizar un camino para ir hasta Pore pasando por los pueblos de Chipaque y Cáqueza en busca de tierra llana. Ese sendero en el mismo año lo recorrieron un contingente de revoltosos y tropas realistas que lo perseguían.
En los comienzos de mayo de 1816 dos personajes de la gesta libertadora en Santafé cometieron acto de desobediencia a superior. De esta conducta cuenta el siguiente sustento:
“El nombramiento del coronel Manuel Roergas de Serviez como comandante de la segunda línea de defensa que lleva anejo su ascenso a general de brigada, deja a Santander como segundo al mando del ejército del norte. Ambos deciden retirarse a los llanos de Casanare en oposición a lo ordenado por el presidente de la República, doctor José Fernández Madrid, y éste es uno de los episodios más controvertidos de la historia de Colombia” (1).
De tiempos precolombinos data la senda que unía a territorios muiscas con la nación Guayupe. La misma fue utilizada en la Conquista, mayor actividad tuvo luego en la Colonia.
Con la fundación de la hacienda ganadera de Apiay por cuenta de la comunidad jesuita (1740) al parecer a la rudimentaria trocha la comenzaron a denominar camino de Apiay debido a los frecuentes envíos de semovientes vacunos que subían para la capital del virreinato.
Resulta que en marzo de 1816 por idea de Serviez -integrante de la legión francesa que apoyó la causa libertaria- con los demás desobedientes militares a la fuerza y entre una petaca al cuadro de la virgen de Chiquinquirá lo sacaron de su santuario en el pueblo boyacense.
El único objetivo del religioso rapto era llevarlo a los llanos por el camino de Apiay. con la esperanza de que entre los muchos devotos marianos que encontrarían en el recorrido ganar adeptos para la causa emancipadora. A la postre al francés no le obró el milagro.
La siguiente narración cuenta el desenlace del referido plan:
“Chipaque, 31 de mayo de 1816
El día seis de mayo de 1816 a las cuatro y media de la tarde, entró al pueblo de Chipaque la milagrosa imagen de nuestra señora del Rosario de Chiquinquirá, conducida por las tropas que comandaba el francés Manuel Serviez, que la había sacado de su significativa y nueva iglesia de Chiquinquirá, quién sabe con qué intención. Ella fue recibida en la plaza de este pueblo por su cura, Fray José de San Andrés Moya.
Al día siguiente, a las cuatro de la mañana, se le cantó misa solemne; y no habiendo podido conseguir que del francés que la entregarse al prior y comunidad de religiosos dominicos de Chiquinquirá, que venían siguiéndola, la hizo sacar y siguió con ella y sus tropas al pueblo de Cáqueza.
Aquella misma noche, a las ocho, llegaron a este pueblo 200 hombres de las tropas españolas comandados del capitán don Antonio Gómez, en seguimiento de Serviez y sus gentes. El día ocho a las nueve de la mañana, salió formada esta tropa, y a las 12 del mismo día dio sobre aquellos fugitivos, y a pesar de que eran 2.000 y marchaban armados, fueron derrotados completamente, y puestos en fuga, dejando por aquellos cerros las armas y municiones.
La santa imagen fue rescatada delante de Cáqueza, en el alto que llaman de Sáname” (2.)
Este sacrílego hecho hace parte del libro Chiquinquirá 400 años de Octavio Arizmendi Posada, publicado en Bogotá por el Fondo Cultural Cafetero en 1986.
Con base en relato escrito de un oficial realista, los perseguidos insurgentes a su paso por sectores del territorio de San Martín (así era el nombre del ahora departamento del Meta) sortearon las crecientes de los ríos Negro, Ocoa, Guatiquía y Upía, luego tomaron rumbo a Casanare (3).
Volviendo al histórico plano de 1816 tiene localizados cuatro puntos de referencia geográfica en lo que hoy es la jurisdicción de Villavicencio.:
Muy seguro es que en las memorias locales tanto de Chipaque como de Cáqueza no esté presente el episodio del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá que en cada poblado estuvo en el primer semestre de 1816.
A lo mejor en sus archivos parroquiales deben estar consignados los registros de las solemnes ceremonias ofrendadas a la venerada imagen mariana.
Importante trabajo de investigación será ubicar el sitio de “la cabuya o tarabita de Cáqueza” en Sáname. Según las crónicas de la época ahí los insurgentes dejaron el guacal con el cuadro de la Virgen de Chiquinquirá. Fue su estrategia para detener a sus perseguidores, luego de pasar el accidente geográfico cortaron los lazos de la tarabita y continuaron su rumbo.
Cuando Francisco de Paula Santander desde Santafé bajó por el camino de Apiay no ostentaba el título de General, su rango era Coronel. Recién había cumplido 24 años. Resultó ser su primer contacto con la tierra llana.
En la actualidad tramos del mencionado camino siguen siendo utilizados por comunidades veredales de sus respectivos municipios.
Los hechos aquí narrados y otros por encontrar dan fe que territorios de San Martín -hoy departamento del Meta- fueron escenarios de situaciones que contribuyeron al proceso de independencia tres años antes de darse la batalla final en el puente de Boyacá el 7 de agosto.
Una coincidencia: en el asunto del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá harto tuvo que ver el súbdito francés Manuel Roergas de Serviez servidor del proceso de la Independencia, en su memoria el batallón del Ejército de la Séptima Brigada de Villavicencio se llama General Serviez.
Con base en el Plano del camino desde Santafeé a Apiay para los Llanos puede deducirse que Gamelote o Gramalote quizá como paraje ya existía en 1816, año en el que pasaron tanto los alzados en armas como las tropas españolas rumbo al río Upía y de allá a Casanare.
El mismo documento cartográfico permite saber que para esos años de pre independencia los cuerpos de agua -quebradas y ríos- de por aquí ya tenían los nombres con los que hoy los conocemos.
Citas:
1) Presidencia de la República: Santander y los Ejércitos patriotas 1811-1819, Tomo I. Bogotá, 1989, p: XXVII
2) Fundación Francisco de Paula Santander: Santander y los Ejércitos patriotas 1811- 1819, Tomo I. Bogotá, 1989, p: 148
3) Presidencia de la República: Santander y los Ejércitos patriotas 1811-1819, Tomo I. Bogotá, 1989, p:161
Nota: Al antropólogo e investigador villavicense Juan David Acosta R. le expreso mis agradecimientos por haberme compartido de manera generosa –en reciente día- el plano del Camino de Santafé a Apiay correspondiente al año 1816, imagen con la cual sustento esta crónica. Un tesoro documental representa esa cartografía de la región llanera.
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Gracias Oscar una vez más, nos deleitas con tan enriquecedoras narrativas, que engalanan la historia de nuestros Llanos Orientales.
Felicitaciones por estos hechos narrados , con base en referentes bibliográficos y citas personales , que demuestran la participación de los Llanos en la gesta libertadora, tres años antes de la batalla de Boyaca, que dejan huella en la región , entre otras, como es el nombre del Batallón Serviez de la séptima Brigada del Ejército en Villavicencio.