«Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia»
Se cumple el aniversario 135 del natalicio de José Eustasio Rivera, literato, abogado y político huilense. Su niñez y adolescencia transcurrieron en el devenir de la guerra de los mil días.
En 1906 obtuvo una beca para cursar estudios en la Escuela Normal Superior de Bogotá, institución que lo graduó como Normalista título que le permitió tener el cargo de Inspector de Escuelas en Ibagué. Al parecer en 1908 por vez primera un periódico le publicó obra y fue en El Pregonero, resultó ser el soneto Ante el Ara.
A la edad de 24 años ingresó a la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Bogotá, graduándose como Abogado con la tesis Liquidación de las Herencias.
Un año antes de culminar sus estudios universitarios por invitación de amigos suyos viaja por primera vez a Villavicencio, fue en el inicio de 1916, tiempo de “verano”. Cuando en el alto de Buenavista por primera vez tuvo ante sus ojos la llanura a su impacto sensorial lo resumió y describió con las siguientes tres palabras: Vasta, colosal, infinita.
En una carta que le remitió a amistades suyas el 22 de febrero del mismo año les contó esa impresión y muchos más detalles de su viaje de vacaciones a la finca Barrancas del Guatiquía, cerca de la desembocadura de dicho afluente en el río Humea. La propiedad era de la familia Vásquez.
La tesis con la que se graduó en la Universidad Nacional resultó ser llave de ingreso a los llanos como profesional del Derecho. Sucedió en Bogotá en1918 cuando don José Nieto, domiciliado en Orocué, Casanare, lo contactó para que fuera hasta dicho puerto internacional a ocuparse de la herencia dejada por Ramón Oropeza, de origen venezolano, quien dejó los hatos ganaderos Mata de Palma y Mata Vaquero.
Tras de dicha misión por segunda vez tomó el camino a Villavicencio y de allí también a lomo de mula a Puerto Barrigón, sobre el Humea, desde donde se embarcó aguas abajo hacia el río Meta arteria fluvial que lo condujo a su destino: Orocué.
Durante su estadía, no tantos años, en ese importante poblado además de ocuparse del caso de la herencia le sirvió para conocer el ambiente llanero contacto que le sirvió para nutrirse literariamente y a la postre escribir y publicar su poemario Tierra de Promisión (1921) su novela La vorágine en 1924 obra clásica que inicia así:
«Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia»
A esta reseña de vida ahora le sumó la cristalización de un plan investigativo por parte de los integrantes del colectivo villavicense Fundación Archivo Fotográfico de la Orinoquia –FAFO-. Resulta que en 1988 con motivo del centenario de la muerte de José Eustasio Rivera al área de Cultura de la sucursal del Banco de la República le propusieron patrocinar el proyecto que tendría como producto final una exposición fotográfica.
La entidad aprobó el apoyo y los solicitantes iniciaron la tarea bajo el título de La ruta de Rivera por el Llano. Fue una investigación bibliográfica y en territorios tratando de armar el recorrido cubierto por el literato abogado por geografías llaneras. Se recogieron testimonios documentales, fotográficos y orales.
Punto final del trabajo compuesto por 44 retablos fue su inauguración en la noche del 27 de mayo de 1988, en el villavicense salón cultural del Banco de la República.
La exposición La ruta de Rivera por el Llano con imágenes fotográficas, mapas y textos recrea el recorrido de José Eustasio Rivera en el llano y también el de los principales personajes de La vorágine.
Después la colección estuvo colgada en los siguientes lugares y años:
Mayo/junio: Salón cultural Banco República Villavicencio
Agosto: Hotel del Llano Villavicencio
Oct/nov: Biblioteca Banco República Manizales
Febrero: Concejo municipal Orocué
Marzo/mayo: Instituto Huilense de Cultura, Neiva
Julio/agosto: Biblioteca municipal Fuentedeoro, Meta
Agosto: Biblioteca municipal Granada, Meta
Septiembre: SENA de Yopal
Mayo: Unillanos, Villavicencio
Julio: Arauca
Agosto/sept.: TPB, Bogotá
Septiembre: Medellín
Diciembre: Lejanías, Meta
Septiembre: Colegio Oriental Femenino, Tame, Arauca
Con el correr de los años la colección La ruta de Rivera por el Llano fue donada al colegio Luis Carlos Galán Sarmiento de Orocué, en cuya biblioteca permanece expuesta. Como antes se dijo, a esa comarca José Eustasio Rivera llegó en 1918 con el propósito de desempeñarse como abogado.
Hoy día el orocueseño inmueble que fuera de Teodoro Amézquita, quien a José Eustasio le permitió compartir su oficina, está convertido en la “Casa Museo y Centro de Memoria La vorágine” importante centro cultural y turístico en medio del pleno llano casanareño. Su sitio electrónico es http://simco.museoscolombianos.gov.co/Home/Museo?personaJuridicaId=2963
Acerca de su permanencia en la geografía plana hay que decir que el pleito de las herencias llevado por Rivera en Orocué después fue trasladado al juzgado de Santa Rosa de Viterbo, por tanto el litigante trasladó su domicilio a Sogamoso, Boyacá. Con base en lo anterior al parecer José Eustasio Rivera no regresó al llano.
Debido a que en el poblado ribereño del río Meta por un tiempo vivió el personaje central de esta crónica, con el tiempo se le empezó a llamar con el siguiente lema:
¡Orocué: cuna de La vorágine!
Nació en Neiva el 19 de febrero de 1888
Murió en Nueva York el 1 de diciembre de 1928
Edad: 40 años
135 años de su nacimiento
99 años de la primera edición de La vorágine
95 años de su fallecimiento
Los integrantes iniciales de la FAFO: La entidad que en 1988 realizó la exposición La ruta de Rivera por el Llano tuvo como miembros iniciales a: Nancy Espinel Riveros, Jairo Ruiz Churión, Constantino Castelblanco Quintana, Guillermo Herrera Morales y Óscar Alfonso Pabón Monroy. Quien para entonces se desempeñaba como coordinador cultural del Banco de la República de Villavicencio era Julio Darío Azuelo I.
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Gracias Oscar, excelente recorrido por el sendero nostalgico del padre de La Voragine. Magna obra literaria que describe el abuso y crimines ejecutados por los poderosos y dueños de las economias sustractivas que han azotado a las gentes de nuestra selva y llano.
En el 98, tuve la dicha de que mi tia Lucila Vargas de Penagos, casada con Luis Carlos Penagos Rivera (sobrino de Jose Eustacio Rivera) me enviara desde Ibague la Tesis del escritor, para que FAFO hiciera el pertinente registro fotografico.
Segun mi tia, la tesis fue entregada a los parientes de Rivera que viven en Suiza.
Como siempre! Maravilloso Oscar. Gracias por compartir tus crónicas e investigaciones.
Maravillosa cronología del autor y de su obra y del apoyo que se ha tenido en el reconocimiento de la “cuna de La Vorágine” hito literario e histórico que da un impulso más para que Orocué sea reconocido, muchas gracias Oscar
Conocí y viví en Orocue por seis meses siendo niño. Mis padres nos llevaron a la base naval y frente la plaza nos dieron vivienda.
Hermosa tierra y río. Comi carne de animales salvajes y corrí por sus calles.
Estudié y me leí esa fabulosa novela que me cautivó.