Acacías tiene carta del paisaje cacaotero en territorios de piedemonte

Presentación de resultados socio culturales de la investigación (foto: Javier Fierro P.)

“Según el significado del griego nombre científico del Cacao Theobroma el 93.10% de los territorios del Meta son despensa alimentaria de deidades, desconocido privilegio agrícola tenemos”

En los comienzos del mes de marzo del año en curso inició el estudio Visionando juntos el proyecto de vida de nuestro Paisaje Cacaotero del Piedemonte Acacireño. del Ministerio de Agricultura.

El trabajo tuvo como derrotero la siguiente definición que en 2016 la UPRA le dio al Paisaje agropecuario “Un paisaje cultural patrimonial en cualquier parte del territorio rural apto para el desarrollo agropecuario, tal como lo percibe la población, cuyo carácter es el resultado de la acción y la interacción entre la naturaleza y el ser humano a lo largo del tiempo, en donde la apropiación simbólica del mismo conlleva a su ordenamiento, mediante prácticas y actividades que incluyen la agrícola, forestal, pecuaria, acuícola y pesquera”

En los inicios de diciembre se clausuró el proyecto del cual en el anterior mes habían sido presentadas las conclusiones. Del componente socio cultural – tarea que contó con el apoyo del acacireño grupo de Vigías del Patrimonio Cultural- tomo los siguientes apartes de la Síntesis de la caracterización Socio Cultural del estudio:

Contexto histórico del paisaje:

La historia del paisaje cacaotero de agricultura familiar del piedemonte Acacireño puede dividirse en tres periodos históricos:

  • Un periodo prehispánico
  • Un periodo colonial
  • Un periodo republicano de siglo XIX y comienzos del siglo XX
  • Un periodo contemporáneo (mediados y finales del siglo XX)
  • El paisaje actual

Cada uno de estos periodos se desarrolla con una estructura, función y significancia del paisaje relativamente diferentes.

El paisaje ha sufrido profundas transformaciones pasando de un cultivo de recolección, uso ritual y curativo a un cultivo de hacienda jesuita, fundo de ladera y fundo llanero (autoconsumo), a un cultivo de plantación y grandes haciendas, luego a una promesa de la revolución verde y vuelve a un sistema de agricultura familiar con transformación artesanal de un cacao de fino sabor y aroma.

Motores de la transformación del paisaje cacaotero:

  • Agricultura prehispánica y redes comerciales altiplano- llanos
  • La conquista
  • El mito del Dorado
  • Las misiones jesuitas
  • La masificación del consumo de chocolate
  • El mercantilismo, la producción de materias primas y la apropiación de tierras
  • La violencia política
  • La colonización del oriente colombiano
  • La revolución verde
  • El arraigo campesino
  • La explotación petrolera
  • La política agropecuaria
  • La asistencia técnica – orientada a BPA y negocios verdes
  • Influencia de la tecnología, las vías y la comunicación.
  • El auge del turismo
  • Buenas perspectivas para la transformación
  • La identidad y la tradición cacaotera
  • La organización gremial
  • El mercado mundial (demanda) cacao de fino sabor y aroma

Patrimonio cultural material e inmaterial:

Complejo cultural del río Negro – Guayuriba: Cocinas tradicionales (Cáqueza, Une, Fosca, Choachí, Fómeque, Gutiérrez, Pasca, Guayabetal, Acacias).

Crisol cultural Altiplano – Llano. Cultura llanera predominante. 

Excelente obra de añeja ingeniería con características tipo coloniales (foto: Javier Fierro P.)

Valor histórico: hallazgos arqueológicos Guayupes (río Acacías) (Construcciones antiguas del penal de Oriente. Puente, campamentos (castillos). Caminos empedrados prehispánicos, reales y republicanos. . Puentes colgantes. taravitas Gestión de la declaratoria como bien de interés cultural.

Cada experiencia sensorial de los actores del paisaje tiene algún grado de recordación y genera sentimientos y estados emocionales que refuerzan procesos de identidad personal – procesos identitarios colectivos que producen fuertes nexos.  Unión Familiar – Cohesión social cacaotera. (Intangibles).

  • Siembra – esperanza. Olor a tierra
  • Podas. Florescencia. Olores, colores policromías
  • Cosecha. Policromía del paisaje. Colores vivos, alegres. Aire puro y sano. Sensación de paz y tranquilidad. Olores y sabores, pepas y mucílago.
  • Fermentación. Olores típicos, sensaciones de bienestar y paz.
  • Secado: tacto, escaras, colores, selección, punto de secado. (Mujeres y jóvenes)
  • Empaque
  • Molienda (del petate a la maquinaria de molienda, selección y moldeado. Olor. Sabor. Placentero
  • Degustación. Fino sabor y aroma. Satisfacción, bienestar”
Redes de empedrados caminos hacen parte del acacireño patrimonio cultural tangible de su piedemonte y cordillera (foto: Javier Fierro P.)

Durante el evento del cierre del proyecto los directivos de la UPRA y del Desarrollo Sostenible Bajo en Carbono para la Orinoquia informaron que el cultivo del Cacao es importante retenedor de Carbono, que en total fueron 228 las personas cultivadoras transformadoras involucradas en la investigación que también incluyó el componente Productivo liderado por Edgar Gómez. Destacaron el rol de la mujer en la agricultura cacaotera.

El nombre científico de este árbol originario de la América tropical es Theobroma palabra griega que significa Alimento de los dioses.

Interesante fue saber del director departamental de Fedecacao, con sede en la ciudad de Granda, que veintisiete de los 29 municipios metenses reportan cultivos de esta especie agrícola, lo que quiere decir que según el significado del griego nombre científico del Cacao el 93.10% de los territorios del Meta son despensa alimentaria de deidades, desconocido privilegio agrícola tenemos.

2 respuestas a “Acacías tiene carta del paisaje cacaotero en territorios de piedemonte”

  1. Manuel Javier Fierro Patiño dice:

    Gracias Oscar por resaltar este trabajo tan importante para los productores cacaoteros del piedemonte acacireño. Zona de mucha ancetsralidad y arraigo campesino. excelente.

  2. Juan Carlos Rojas CASTRO dice:

    Óscar Pabón nos sigue dando ejemplo de que debemos reconocer en lo más mínimo la grandeza de lo que tenemos en nuestro territorio. Aprenderemos así a valorar cada rincón de nuestro suelo y a reconocer los saberes de sus gentes. Gracias señor Pabón. Desde Fuentedeoro un cordial saludo.

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