El origen de las cosas siempre nos intriga por lo que descubrirlo resulta encontrar el significado y la esencia de lo que somos, deseamos o queremos. El Meta es una palabra que rápidamente se traduce a “límite” o “a un punto de llegada”. Diría Barba Jacob en uno de sus cantos a la vida: “Y nada más, ni un poco más”, para llevarnos más allá de las palabras y descubrir su significado en la humanidad, la tierra, las plantas y todo lo que nos rodea.
Estancarnos en estos significados cotidianos y encerrar en un concepto a una palabra como el Meta puede ser designarle cadena perpetua. El Meta no es un concepto y tal vez no una palabra, ni una voz y si tal vez muchas voces que manifiestan la sustancia transcendental de un biodepartamento.
Durante la conquista a Diego de Ordaz (1531) los nativos americanos le comentaron que había un cacique tuerto, un río (agua) y un territorio, es decir, estas voces que le susurraron lo dejaron hipnotizado para buscar El Dorado. Jairo Ruiz recopila unas cuentas en las que nos hace alusión el título de su maravilloso libro “Mexa, GraMeta, Metacuya: el Meta”. Después Nancy Espinel escuchando las voces del Meta descubre Meeda –y una voz como Meda-que fue la palabra que la llevo a indagar las voces indígenas y establecer las relaciones con el vocabulario indígena. Habría que incluir Metha de unos textos que hacen alusión a El Dorado y que pueden ser tema de un próximo artículo.
Hoy día la palabra Meta es un territorio y lugar del ombligo de Colombia, un río portentoso y afluente del Orinoco, pero nos hace falta reconocer este nombre del Meta en el contexto biocultural. El Meta per se hace relación aun “cacique tuerto”, es decir, a una etnia indígena que estuvo en el territorio y con esto implica reivindicar el pasado ancestral de los primeros nativos del territorio. ¿Qué conocemos de su diversidad cultural y sus saberes ancestrales? ¿Por qué estamos dejando perder lo que fuimos y lo que somos?
El Meta más allá de una palabra se ha encarnado en animales y plantas que hacen honor al departamento. Hace unos años publicamos una nueva especie de pasiflora, la cual designamos Passiflora metae la primera especie de la familia del maracuyá que se le designaba al territorio del Meta por ser endémica de su espacio geográfico, la cual en su forma en latín queda como “metae”. Otra palabra más que se aúna a las que ya mencionamos.
También es importante resaltar el conocimiento comunitario del departamento, el cual ha elegido a su flor, una orquídea, la Cattleya schroederae especie endémica- es decir exclusiva- de Colombia, conocida por la gente como cattleya llanera o flor del Meta, porque es la orquídea que mejor baila y danza el joropo adornando los bosques y las casas del Meta y la Orinoquía colombiana.
Posdata: Por favor no confundamos la flor de cayeno como un elemento patrio del Meta, ya que es una especie que ni siquiera es nativa de América y si de Asia. Dibujemos más flores del Meta y menos cayenos.
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Hermosa historia nunca la había escuchado mil felicitaciones y mil bendiciones y que papito Dios y la virgen de Aranzazu lo siga bendiciendo un abrazo muy grande 💕 ❤
Buenísima exposición, desconocer nuestros orígenes nos llevan a demeritar lo más representativo.
Gracias por los conocimientos compartidos, la dedicación y el amor puesto en la empresa.
Gracias por sus palabras y seguiremos conectados comunicando un poquito sobre historia del Meta y Colombia.