“Las mujeres gustan mucho de lucir la seda y el crespón. El hombre experimenta placer en poder suministrar a su mujer o su compañera ropa fina de seda y siente orgullo en que los demás se fijen en el lujo que ostenta su mujer”.
Una ojeada al mecanografiado documento “El Llano: Condición Social y Plan de Estatutos Especiales”, me hizo detener en un asunto no común en las descripciones del distante antaño de territorios llaneros.
El tema en mención hace parte de la tesis de grado del araucano Marco Antonio Hoyos Vega, fechada en Bogotá el 10 de julio de 1943, con la cual se graduó como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia.
Digo que el interdisciplinar análisis del autor a las formas de vida en la llanura lo realizó cinco años antes del asesinato en la capital de la República de Jorge Eliécer Gaitán, 9 de abril de 1948, hecho que como lo dice la memoria histórica nacional derivó el conflicto armado comúnmente conocido como “la revolución del Llano” que causó severos impactos sociales, políticos, culturales y económicos en la extensa región.
Volviendo a la tesis “El Llano: Condición Social y Plan de Estatutos Especiales” de Marco Antonio Hoyos V. por considerar de particular importancia para el folclor llanero extracto la siguiente descripción de los inicios de la década del cuarenta de mil novecientos.
Corresponde al capítulo II El medio ambiente y la naturaleza de los hombres fundamento de las instituciones jurídicas. Los factores sociológicos:
“Vestuario:
Viste el llanero ropa e dril como cualquier ciudadano de Barranquilla, Girardot u Honda. Para el campo prefiere colores oscuros que encubran la suciedad, mientras que en el poblado luce los linos blancos.
Usa alpargatas de suela de cuero y hechas en tejidos de hilo en colores; en otras ocasiones usa calzado fino según la categoría o capacidad económica. La corbata es un estorbo y solo por excepción la usan los poblanos; el calor y las faenas no le permiten tener el cuello aprisionado con esta vestimenta insustancial.
En el campo, para todos sus trabajos anda con el pie descalzo tanto en verano como en el invierno; el pantalón suele llevarlo enrrollado hasta la rodilla en toda época, a fin de no ensuciarlo con el sudor de la bestia cuando anda de a caballo, así como para evitar que las zarzas se lo rasguen o se le moje al pasar los caños.
En todo momento necesita estar listo para echar pie a tierra y meterse al barro sin que tenga que dar lugar a aprestarse para ello. Por esta circunstancia y para el invierno prefiere usar los pantalones cortos “tucos”.
Las mujeres gustan mucho de lucir la seda y el crespón. El hombre experimenta placer en poder suministrar a su mujer o su compañera ropa fina de seda y siente orgullo en que los demás se fijen en el lujo que ostenta su mujer. Aunque sea un vestido de esta clase para salir al pueblo o en épocas de fiestas poseen las mujeres del llano.
También usa la mujer alpargata aunque prefiere salir al pueblo calzada de zapatilla fina y de tacón alto.
El sobrero predilecto del llanero es el castor o pelo de guama, especialmente en el color del vello o pelusa de la guama mona, y de ahí su nombre típico “peloeguama”. Es un sombrero flexible, impermeable y de gran duración.
Otra prenda peculiar es el cinturón ancho de cuero –faja-, al cual pende su cuchillo o el revólver. Esta faja más que para sostener los pantalones tiene como finalidad la de ser prenda de lujo que facilita portar en sus bolsillos, dinero en plata, billetes, papeles importantes, su reloj y las armas a que hicimos alusión.
Ofrece la ventaja de llevar todo seguro consigo y protegerlo de que se moje o se pierda, pues protegiéndose la persona que los porta, se protege a asimismo todo lo que en él se lleva.
La característica del cinturón estriba en su mayor o menor anchura; en los colores: unas veces negros, amarillos y carmelitas oscuro, todos con bordados finos en colores vivos de seda; botones plateados dorados; hebillas y ojaletes del mismo estilo”.
Acerca de la vestimenta regional en 1985 el historiador y pintor Jairo Ruiz Ch. realizó el trabajo investigativo y pictórico “La evolución del traje llanero”, colección en técnica de acuarela que abarca desde tiempos precolombinos hasta los años sesenta.
Cada obra, más de veinte, fue acompañada por la respectiva reseña histórica. En su momento la Revista Colombiana del Folclor publicó el importante trabajo que referencio.
Las ilustraciones de este artículo hacen parte de dicha colección artística, facilitadas por Jairo Ruiz Ch.
Nota: El araucano autor de la tesis “El Llano: Condición Social y Plan de Estatutos Especiales” -1943- Marco Antonio Hoyos V. por algunos años con su familia se radicó en Villavicencio. Su fallecimiento ocurrió en 1972.
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Miy bien comparado con la tesis del doctor Marco Antonio Hoyos, y mi trabajo pictórico de la evolución del traje en el Llano.