Virgen de Chiquinquirá, su presencia en la historia y en el folclor llanero

Su acción divina fue invocada en campaña pro Independencia y en apretado contrapunteo al ritmo de recio joropo

El anterior viernes 9 de julio fue la fiesta de la virgen de Chiquinquirá por tanto propicia es la ocasión para contar dos hechos que relacionan a la internacional patrona católica con la región llanera colombo venezolana.

Antes hay que recordar que la veneración mariana data de tiempos de la Colonia cuando en diciembre de 1586 en el boyacense pueblo de Chiquinquirá ocurrió la milagrosa renovación de un lienzo pintado de 1562, cuadro que había caído en deterioro.

Debido a la serie de milagros de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá el pueblo se convirtió en punto de llegada de multitudinarias romerías de promeseros, tradición popular que en la actualidad se mantiene.   

La Virgen de Chiquinquirá en el proceso de Independencia:

El siguiente dato está contenido en los documentos de la época libertaria, dice que a comienzos de mayo de 1816 el joven general Francisco de Paula Santander con Manuel Serviez y José María Córdoba pasaron apresurados por sectores del que muchos años después se llamaría departamento del Meta. Resultó ser su primer contacto con tierras llaneras.

La historia cuenta que para aprovechar la profunda fe popular y con el fin de convocar adeptos a las filas de la causa revolucionaria, por idea del francés militar  Serviez -servidor del movimiento de emancipación- contra la voluntad del cura párroco del santuario boyacense sacaron el venerado cuadro de la virgen de Chiquinquirá para que los acompañara y ayudara en su campaña hasta Casanare.

Lo llevaron a Bogotá y luego por el camino ganadero de Apiay llegaron a Chipaque y Cáqueza. A la altura de la región de Sáname ante el acoso de tropas españolas tuvieron que abandonar el baúl con la religiosa imagen, siguiendo en desesperada carrera rumbo al llano.

El cuadro fue recuperado y con solemnidad de nuevo lo regresaron a su templo en Chiquinquirá.

Con base en el relato escrito de un oficial de las filas realistas, los patriotas Santander, Serviez, Córdoba y demás compañeros tuvieron que sortear las crecientes de los ríos Negro, Ocoa, Guatiquía y Upía en su rumbo a Casanare.

Entonces fácil resulta deducir que dichos patriotas en el lluvioso mes de mayo de 1816 pasaron por sectores de lo que hoy es Villavicencio, Restrepo, Cumaral y Barranca de Upía. De allí cruzaron el río Upía y se adentraron por tierras casanareñas.

El acto sacrílego en favor de la emancipación sucedió 230 años después de cuando ocurrió la milagrosa renovación de la pintura de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

Por el fortuito episodio en tiempos de guerra, tres años antes de la emancipación la región llanera no pudo tener la visita de la venerada patrona.

Este desconocido pasaje forma parte tanto de la historia de la Santa Patrona, como de la Independencia nacional. 

La Virgen de Chiquinquirá protectora de Florentino:

Con local historia en el venezolano Estado del Zulia muy arraigada es la veneración por la Virgen de Chiquinquirá, a la que también llaman Virgen Chinita, cuya aparición data de 1749 en una orilla del lago de Maracaibo.

Llama la atención ¿por qué le dieron el mismo nombre de la santa patrona colombiana?. En las alegres gaitas zulianas hay muchas alusiones a su santísima Señora.

Debido a que la fama de la chiquinquireña virgen ha traspasado distantes fronteras territoriales, su nombre también forma parte de una obra clásica de la literatura y del folclor llanero.

Es el poema del barinés maestro Alberto Arvelo Torrealba titulado Florentino y el Diablo, pieza literaria de confrontación de coplas entre los dos personajes que dan origen al nombre al poema que narra historia en tierra llana. En su primera versión fue publicado en 1940.

Noche oscura con lluvia y tormenta eléctrica hubo en el sabanero hato en cuyo caney se montó alegre joropo. Allí ocurrió el  apretado duelo verbal entre el par de copleros que encarnan el bien y el mal. El contrapunteo duró la noche y la madrugada. Al final Florentino resultó ganador porque con su coplerío entretuvo al Diablo -príncipe de las tinieblas- hasta que la luz del día apareció.

Con el fin de vencer a su contrario en la última copla el llanero Florentino le pidió apoyo a diferentes devociones marianas entre las cuales está la Virgen de Chiquinquirá. El texto es el siguiente:  

“Sácame de aquí con Dios
Virgen de la Soledá,
Virgen del Carmen bendita,
sagrada Virgen del Real,
tierna Virgen del Socorro,
dulce Virgen de la Paz,
Virgen de la Coromoto,
Virgen de Chiquinquirá,
piadosa Virgen del Valle,
santa Virgen del Pilar,
fiel Madre de los Dolores
dame el fulgor que tú das.
¡San Miguel! dame tu escudo,
tu rejón y tu puñal,
Niño de Atocha bendito,
Santísima Trinidá”.

En la grabación original (1957) de esta clásica leyenda del folclor llanero dos recias voces venezolanas del joropo personificaron a los contrapunteadores. Mientras Florentino fue José Romero Bello, al Diablo lo representó Juan de los Santos Contreras –El carrao de Palmarito-.

En YouTube se consigue la versión en referencia, cuyo enlace es https://www.youtube.com/watch?v=M6tGpwAaB9g